Decimos NO a la inclusión de Monterías y rehalas como Bien de Interés Cultural en Extremadura

Verdes-EQUO Extremadura se posiciona en contra de la Declaración de Bien de Interés Cultural de las monterías y rehalas.

La Ley 2/1999, de 29 de marzo, de Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura señala:

Los bienes etnológicos intangibles como usos, costumbres, creaciones, comportamientos, las formas de vida, la tradición oral, el habla y las peculiaridades lingüísticas de Extremadura serán protegidos por la Consejería de Cultura y Patrimonio en la forma prevista en esta Ley, promoviendo para ello su investigación y la recogida exhaustiva de los mismos en soportes que garanticen su transmisión a las generaciones venideras.

Sin embargo, este no es el caso de Monterías y las rehalas no estamos ante una práctica exclusiva de nuestra comunidad autónoma, por el contrario es algo tristemente extendido en muchas partes del mundo, pero además es una actividad asociada a las elites sociales, estando su origen histórico relacionado con los privilegios de la monarquía y las clases aristocráticas, también en Extremadura.

El día 5 de abril de 2021 se publicó en el DOE el inicio del trámite administrativo para declarar las Monterías y las rehalas Bien de Interés Cultural de Extremadura. EQUO Extremadura se declara en contra y entiende que una vez más el PSOE  a que esta declaración se produzca, les extraña a la vez que les alarma que desde la Dirección General de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural se de como favorable la incoación de dicho expediente acogiéndose a la figura de Patrimonio Cultural Inmaterial de Extremadura, como si esta actividad «deportiva» se pudiera considerar una “Manifestación de espontaneidad social extremeña”

Con esta futura declaración de Bien de Interés Cultural afirman desde Ecologistas Extremadura que se pretende blindar y subvencionar una actividad económica de privilegiados, los grandes terratenientes dueños de extensos cotos de caza (los cotos sociales donde se realizan monterías con rehalas son una proporción baja del total de monterías). Actualmente participar en monterías con rehalas de perros sigue siendo una actividad sobre todo para personas con un alto nivel adquisitivo debido al precio que tiene acceder a ella.

La ley dice: “la incoación del expediente de declaración conlleva la aplicación, de forma inmediata y con carácter provisional, respecto del bien afectado, del régimen de protección establecido para los bienes que puedan ser declarados. Para evitar la destrucción o deterioro del bien se tomarán medidas cautelares precisas al efecto”, entre ellas las subvenciones económicas, que ya cuenta la caza en Extremadura con demasiadas ayudas en este sentido, afirman.

Existen en Extremadura múltiples bienes de interés cultural, tanto material como inmaterial con verdaderas razones para ser preservados y protegidos, consideran desde esta ONG que el dinero del contribuyente debe ir destinado a lo que verdaderamente lo merece, y no a mantener los gustos y preferencias de un colectivo que no representa a la mayoría del pueblo extremeño.

En el informe antropológico que han presentado para solicitar incoar esta declaración de BIC los representantes de FEDEXCAZA se exponen referencias bibliográficas y artísticas que solo señalan que precisamente no es una “Manifestación de espontaneidad social extremeña” si no del resto de España y de Europa. En ese informe se reseña como algo extraordinario “que en algunos casos las monterías se convierten en un acto social donde se integra la población” sin hacer referencia ni a la localidad ni al momento del temporal en el que esto ocurre, porque realmente no ocurre.

La evolución de la sociedad, y la cultura es lo que permite el avanzar a los pueblos, y que en pleno siglo XXI, se sigan manteniendo prácticas que ya se consideraban salvajes y crueles en el siglo XVI, es un anacronismo. Cada día existe una mayor sensibilidad en la sociedad hacia el respeto por el bienestar animal, lo que ocurre en las monterías con rehalas de perros es una verdadera barbarie, donde a los jóvenes cazadores, niños en la mayoría de los casos se les bautiza cubriéndoles el cuerpo con la sangre de su primer animal abatido, y para este rito piden la protección como Bien de Interés macabro cultural. Esta crueldad no es un valor a transmitir a generaciones venideras por lo que representa de maltrato y bestialidad hacia los animales aseveran desde Ecologistas Extremadura.

No al BIC de monterías y rehalas
No al BIC de monterías y rehalas